Ella dijo, "¡fuera de joda boludo, me atrapa mucho tu forma de ser!...
En serio, mírame". Sonreí. Y entre las botellas y el humo busque sus ojos que se achicaban mostrándome su infinito. La noche se proyectaba menguando y, los abrigos de todos esperando que terminemos el postre. El festejo prolongado, en la despedida de otro fin de año, nos tenía a todos ahí. Y después de pasar cinco de los siete días a la semana, descontando feriados, resfríos, faltazos y el mal humor; podía decir, que llevaba más tiempo con ella que conmigo mismo, solo. Pero no se por que cosa, no nos habíamos dado tiempo suficiente para encontrarnos. Le propuse seguirlo en otro lugar, cuando termine la reunión y me dijo que si. Desde ese momento, hasta que pedí el cuarto en el motel, pasaron cuatro horas.
No hay que ser bocón, ni en la vida, ni en el arte. Me había dicho una vez el “Cieguito calavera”.
Llevé a sus hogares a dos de nuestras colegas, dejando bien claro el cansancio que ambos teníamos. Como si mentir, podía impedir cualquier sospecha. Pero, lo hicimos. “¿Querés que vallamos a tomar algo?”, pregunté. “No se, como vos quieras”, contestó. “Para mi es lo mismo, con o sin café”; agregó y sonrió. Recién, cuando el semáforo de la avenida nos detuvo, nos besamos. Llevamos dando vueltas unos cuantos minutos. Fue un beso lento, muy lento, coreografiado e impar. Los dos nos miramos, los dos sonreímos y nos volvimos a besar. En los posteriores momentos, hasta encontrarnos en la habitación del telo. Todo fue besarnos. Ella rompió el silencio con un gemido, pero todo fue deseo. En la cama, intente mantener la calma. No quería defraudarla. Mejor, no quería defraudarme. Llevaba meses sin una eyaculación producto de caricias de otro individuo. Comencé por recórrela con mis manos y sin quitarle los ojos de sus ojos. Fui deteniéndome en todas sus extremidades, en los silencios de su cuerpo. “Es hermosa y brutal, pensaba y continuaba mi camino”. Bese sus senderos, bese sus pechos, bese su fuego y bese su edén. “Ese dios que se cruza de piernas y fuma en la oscuridad” La pulsión, el vapor chasqueando mis venas y las ganas terribles de ponerla. Me jugaron en contra. Con el forro puesto llegue hasta ella. Los primeros jaleos, las primeras embestidas precipitaron el tiro del final. Pero. Pensar en los nombres de las calles, en cuentos compact de los redondos tengo y si el presidente del mundo es alcohólico. Me centraron en el ruedo y me permitieron prolongar el amor. No se si había amor, no lo se. Pero si se, que hicimos eso llamado amor.
miércoles, 24 de septiembre de 2008
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